Me llamo
Edgar y el año pasado también estuve en complementaria. Al portarme y hacer las
cosas bien, me dieron la oportunidad de ir a la excursión de fin de curso donde
nos lo pasamos muy bien. Eran risas, tanto nosotros como los profesores. Quisiera
volver a ir y por eso, este año también me lo voy a currar.
El primer
día cuando salimos de Bilbao fuimos a Donosti a un museo de ciencia (Eureka
Zientzia Museoa), donde no solo ves las cosas, sino que también se pueden
tocar, cosa que en otros no.
En la entrada vimos un intercomunicador donde
hablabas y se escuchaba al otro lado de la piedra.
Al entrar al
museo con nosotros había un guía que nos enseñaba y nos explicaba cosas, como por
ejemplo como se forma un tornado.
Vimos
muchas cosas desde peces, electricidad, experimentos de fuerzas, ejercicios con la mente y muchas
cosas más. Lo que mas me gusto a mí fue ver el cuerpo de una persona
(plastinación), de un perro y también vimos la comparación del tamaño del
cerebro de un ser humano con la de los animales.
Al salir
del museo seguimos camino con las furgonetas, y paramos a comer en el pantano
de Yesa, donde también aprovechamos para darnos un baño.
Seguimos
nuestro camino hacia el parque de tirolinas en medio de la Selva de Oza, donde íbamos escalando,
con tirolinas de árbol a árbol y superando diferentes obstáculos.
La verdad
que lo pasamos muy bien pero eso solo fue el primer día.
El segundo día hicimos barranquismo por la
mañana.
Teníamos que bajar por cascadas de más de 20m, saltando, haciendo
toboganes y rapelando. También nos tuvimos que poner trajes de neopreno porque
el agua estaba muy fría ya que estamos en los pirineos.
Después de
comer fuimos a los Mayos de Riglos donde hicimos rafting.
Al acabar
el rafting fuimos a ducharnos y a cambiarnos de ropa para después volver al
campamento base en Siresa.
A la mañana
siguiente, último día que estábamos en ese pueblo, subimos a un monte, eso ya
era algo más suave y tranquilo después de dos días haciendo muchas actividades.
Nos pillo la lluvia en medio del camino y los profesores querían llegar hasta
un punto de la montaña pero la lluvia nos lo impidió.
Tuvimos que
bajar, y mientras nos resguardamos en un pequeño refugio, Jorge y Carlos bajaron a por las furgonetas para recogernos.
Para terminar, y ya que el tiempo estaba revuelto, fuimos a comer al frontón cubierto de Hecho, y aprovechamos para jugar un rato a palas.
Llegamos a Bolueta a las 7 de la tarde, donde nos despedimos con
mucha pena después de tres días de aventuras y risas.
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